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lunes, 28 de noviembre de 2011

EL LABERINTO-PAN CON MANTEQUILLA Y MERMELADA =TOSTADA

EL LABERINTO –

A veces nos perdemos en un laberinto peor que él de Dédalo.
Habíamos pedido pan con mantequilla y mermelada  .Cuando descubrimos que solo nos están dando pan seco, en lugar de replantear la situación y aclarar el malentendido ,él  por qué solo nos ofrecen   pan ,en lugar de valorar lo que hemos obtenido ,lo rechazamos de plano.
Creemos así que castigamos a quién nos dio parte de lo que habíamos pedido   , quien  entendió  que era solo eso lo que deseábamos, porque planteamos mal nuestra petición. Pero nos equivocamos y con el paso del tiempo caemos en la cuenta, que fue un error renunciar a aquello que era nada más y nada menos que pan para vivir pan   : Quién lo ofreció  (y que con el tiempo le podría haber añadido mil mieles, entre ellas las del amor) ya no nos lo brindará jamás.
Jamás, aunque en nuestro engaño  queramos creer  que sigue ofreciéndonos lo. No,eso ya pasó.

Máxime si nos ha tendido dos veces el hilo de Ariana para salir de nuestro laberinto de ideas y pensamientos erróneos y lo hemos rechazado .Comenzamos entonces a albergar la sospecha de que no habrá  una tercera oportunidad y nos desesperamos.
 Entonces nos revolvemos y cual Mino tauro arremetemos contra todo y todas y todos sin ningún  miramiento   , sobre todo contra nosotros mismos  más que contra la camarera, para quien a estas alturas de la película  nos hemos vuelto transparentes, no  existimos  ,no nos ve:
 Ha decido irse con su pan y sus mieles a otra parte sabiendo que hay quien lo apreciará , ya que es buen pan y  sobre todo que  vivir es cosa urgente…
Y a nosotros ya no nos consuelan ni catorce vírgenes .

LA SOSPECHA

LA SOSPECHA


Al llegar al rellano recapituló mentalmente a ver  si lo llevaba todo.
Cayó en la cuenta de que se dejaba la tarjeta de crédito, la tarjeta sanitaria y el carné de conducir en el pantalón que se había puesto ayer. Los tres documentos eran importantes.
Dejó la maleta y la bolsa de la basura en el suelo de la entrada y subió rápidamente al piso. Metió la llave en la  cerradura, descorrió las dos vueltas y abrió. Vio   , o mejor dicho percibió como una sombra fugaz reflejada en el espejo del pasillo salía corriendo en dirección a su habitación .Pamplinas pensó. Entró   .
 ¡Qué frío! ¿Cómo  era posible que en tan breve espacio de tiempo de ti se hubiera enfriado el apartamento? Había puesto un rato la calefacción mientras desayunaba y se arreglaba, pero  ahora hacia un frio gélido.
Se fue directa al cuarto de baño donde había dejado el pantalón en el canasto de la ropa sucia .Sacó la funda de plástico con las tres tarjetas del bolsillo y las metió en el bolso que llevaba colgado del hombro.
Se volvió y vio ¡Oh horror!, su frasco de perfume  abierto sobre la encimera del lavabo. No era propio de ella dejarse los botes abiertos, ninguno y menos los de perfume .Había sido su caballo de batalla mientras convivía con su pareja ,no dejar los botes abiertos ,si se caen se desperdician ,y los perfumes y las colonias se evaporan ,además los perfumes llevan ingredientes que se degradan en contacto con el aire. Bueno pudiera ser que por una vez se hubiera olvidado, pero estaba casi segura de que no.
Volvió al pasillo , cerró de nuevo la perta de entrada con las  dos vueltas de llave y se fue .Recogió la maleta del rellano.   
Miró en el buzón .Tenia carta .Una invitación del grupo Hepta de parapsicología a unas conferencias en Madrid en enero.
¡Quien pudiera pensó! Bueno tal vez lo intentaría. Hacía tiempo que sabía que sabía que  era lo que en parapsicología se llama una “sensitiva” ( y se había llevado algún que otro susto por su incontrolable telepatía y  telequinesia) pero por ahora había declinado profundizar en ese campo ,pese a las  reiteradas ofertas de trabajos que le pedían. Prefería  mantenerse del lado de la realidad y  de los vivos, a los que temía más que a ningún muerto.
Solo muy puntualmente había entregado algún que otro mensaje del más allá a alguien de aquí   , pero dudaba mucho que el interesado se hubiera enterado. Lo sentía no podía ser más explícita, solo era la intermediaria…

Subió al coche y arrancó. Fue conduciendo mecánicamente hacia la costa .Radio clásica amenizaba la aburrida autovía, fue pensando en la sombra del espejo de esa mañana  , en el perfume abierto y recordó cuantas cosas raras le pasaban en ese piso .A veces se volvía loca buscando un vestido en el armario, hasta que aburrida desistía cansada de correr y volver a correr las perchas .Bueno lo tendré en el tinte o lo olvidaría en el ultimo viájese decía .A los pocos días sin venir a cuánto y sin buscarla la prenda aparecía.
Los ruidos por las noches .No podían ser polillas   , los muebles, el edificio entero eran todo nuevo. Lo achacaba al lavaplatos o la lavadora: Como, para aprovechar la tarifa nocturna los ponía de noche   , pues pensaba que cualquier ruido provenía de esos electrodomésticos en funcionamiento…
Las veces que habría jurado que se había dejado la cama deshecha al irse (era su connato de rebeldía no hacer la cama, contra el orden establecido), le gustaba ventilar la habitación)  ,y encontrársela hecha con las sabanas y la colcha impolutamente estiradas ,sin una arruga…
También le parecía extraño que las galletas se acabaran antes de lo que ella preveía  o que no quedará  ya café en la cafetera  recién hecha y ese polvo que a veces cubría el suelo en un rastro efímero  purpurina…
A veces había libros fuera de su lugar habitual en la estantería y cosas que misteriosamente desaparecían   , como un alfabeto árabe que tenia escrito en un imán del frigorífico   , o  las joyas, sobre todo las sortijas que nunca aprecian donde ella creía que debían estar.
Y esa sensación de que alguien muy dulcemente le acariciaba ,el dorso de una mano , la mejilla y bajaba hasta el mentón o la besaba en la frente o el cuello, mientras dormía. ¡Ah y aquel cabello rubio rizado que  encontró una mañana sobre su almohada!

Comenzaba a tener la sospecha de que, en aquel apartamento, no vivía sola   …


DEBARATANDO EL LABERINTO

sábado, 5 de noviembre de 2011

MAÑANA

Quiero que mañana la vida sea.
  y la vida será .
Afortunadamente ,
Tu ya no estas ...

viernes, 4 de noviembre de 2011

DONDE PONGO EL MARCAPAGINAS


Volvió a colocar la delicada pluma azul verdosa que le servía de marca páginas en el libro. Se la había regalado aquél que un día fue su sol y la guardaba como un precioso  tesoro entre los versos. Cerró el libro. Al hacerlo vio como la pluma desaparecía hundiéndose un poco.
“Vaya “pensó”, lo he hecho con demasiada fuerza lo he roto”. Lo abrió y saco el cañón de la pluma que se había clavado en la página. Al hacerlo comprobó cómo se borraba el diminuto agujerito que se había taladrado...Deslizó  su dedo índice amorosamente sobre el pequeño cráter .Al hacerlo su dedo se hundió en la página. Lo sacó asustada. No quedaba huella en el libro, ni en su dedo de aquello. Lo volvía a intentar metiendo esta vez toda la mano…después todo el brazo, hasta que toco lo que parecía grama mojada de rocío.
Se lo pensó. ¿Se atrevería meterse entera? ¿Podría? ¿Con las manos primero como si se tirara una piscina? ¿De pies?...No, ya sabía cómo.
Dejo el libro abierto sobre la cama, se arrodilló en postura de plegaria mahometana. Metió la cabeza, por el occipucio, después fue descendiendo poco a poco por aquel corto y oscuro canal de parto indoloro hasta que llegó al otro lado. Levanto la cara, giró la cabeza, saco un hombro, luego el otro y se incorporó. Miró a su alrededor. Estaba en un inmenso prado verde salpicado de dientes de león, en una radiante luz de primavera .Corría una brisa suave .A lo lejos se vislumbrara una colina con tres cipreses y un sauce llorón. Le recordó la idílica imagen del valle de los Teletetubis.
Oyó voces, a su izquierda un grupo de niños de entre tres y cinco años, vestidos como si los hubieran sacado de una revista de moda Ad Lib, o de Ibiza, jugaban con unas grandes letras de colores vivos en goma espuma. Las lanzaban al aire y cuando caían intentaban ordenarla tocándolas lo menos  posible para formar una palabra, una frase. Cuando lo conseguían aplaudían y volvían a empezar. Estaban custodiados por unas jóvenes espigadas vestidas con túnicas azul añil que no intervenían en el juego más que cuando se lo pedían los chavales o para dar su aprobación a la palabra formada.

A su izquierda otro grupo de niños algo más mayores jugaban con balones de playa .Estos llevaban números escritos en los gajos en los que estaban divididos. Otros  llevaba signos de reglas matemáticas .Los cruzaban el aire y hacían las cuentas aritméticas que  se marcaban al caer al suelo.
También estaba vigiladados por unos jóvenes mayores que llevaban túnicas verdes y que solo intervenían cuando la operación era demasiado complicada, cuando aprecia un número difícil, una raíz cuadrada…
Echó a andar por el camino que subía  a la colina. Con forme se acercaba al sauce pudo comprobar que ahí  un grupo de adolescentes sentado en corro frente a un anciano de barba poblada y blanca. Estaba leyendo apoyado en tronco del arbol. Lo curios es que estaba leyendo en griego y ella lo entendía…De cuando en cuando en una especie de pantalla virtual aprecian imágenes que acompañaban al texto…

Prosigo su camino, entonces a media altura entre el prado y la cima  vio como una mujer caminaba hacia ella. Era espigada pero no demasiado alta .Venia envuelta en un vestido de muselina celeste que flotaba a su alrededor. El ropaje estaba ribeteada desde el cuello, bajando por una abertura delantera y siguiendo por el borde  inferior de la larga prenda, de una gasa de volantes tan vaporosa que recordaba espuma de mar.
Se acercaron, se sonrieron.
“-Hola bienvenida a la tierra de la sabiduría ¿Te quieres quedar?
Hola, gracia, ¿Quedarme cuanto tiempo y para qué?
_Para enseñar, para aprender…
-Aprender sí, pero enseñar…contestó en un tono dubitativo
-Piénsatelo  ¿Biología, francés tal vez? ¡Ven! Le dijo invitándola con la mano a acompañarla
_Espera ¿Quien eres?
_ ¿No me has reconocido?
-No pero me resultas muy familiar.
-A ver ¿Qué estabas leyendo antes de entrar?
Recordó .Y al unisonó comenzaron a recitar:

“¿Qué diría la gente, recortada y vacía,
Si en un día de ultra fantasía,
Me tiñera el cabello de plata y violeta,
Usara el peplo griego, cambiara la peineta
Por cintillo de flores: miosotis jazmines,
Cantara por las calles al compás de violines,
O dijera mis versos recorriendo las plazas,
Libertado mi gusto de vulgares mordazas ?...