Vistas de página en total

miércoles, 27 de julio de 2011

ALGO DELICIOSO,TOLDO PROTECTOR,MEDUSA AUSENTE,INSTRUMENTO IMPORTANTE



ALGO DELICIOSO ,TOLDO RELAJANTE,INSTRUMENTO IMPORTANTE ,MEDUSA AUSENTE.

Solo había dormido la primera noche en el camarote .Allí abajo ,en las entrañas del barco, hacia demasiado calor al tener que llevar los ventanucos abatibles cerrados, ya que como navegaban de noche podía entrar agua. Para ella ,además, olía demasiado a gasoil y lo que el vaivén del barco no conseguía en ella como en el resto de los pasajeros -el temido mareo -si que estuvo a punto de conseguirlo el olor a carburante.

Pero fue solo la novatada , la primera noche. Las restantes las pasó bajo el azul toldo relajante de la cubierta de proa, que permitía ver ese cielo limpio y estrellado al frente.

Bueno las restantes menos una en que tuvieron marejada de fuerza siete .Esa noche la pasó en la cubierta de popa .No era prudente con aquel mar estar sobrelevado en la proa .David ,el protector y entrañable David ,marinero , le había traído la colchoneta a popa y allí embutida en el saco de dormir , junto a la otra Carmen del viaje ,había pasado la noche ,mecidas por ese mar que adoraba, con la exquisita música de fondo que David se encargaba de poner , bajo su mirada atenta, por una parte al navegador ,y por otra a ellas. Carmen le contó, al otro día, que había querido incluso echarles su propio saco por encima, por si tenían frío, ya que él lo sentía:

El viento arreciaba fuerte.

Había conocido a David, como al resto de la tripulación, la noche del domingo cuando subió a bordo. Eran tres : Pedro, un rubio grumete, impetuoso y fuerte de 19 años , Jorge el capitán algo serio y un poco engreído y David.

Después de dejar su equipaje en el camarote había bajado a tierra para aparcar su coche frente al amarre de la goleta. Le habían dicho que en el puerto estaría seguro .El resto del pasaje había bajado a tierra a cenar ,pero ella que había tomado al llegar, sobre las siete, un vaso de leche fría y un croissant, en bar Port- Vell ,no tenía hambre. Si cogió un melocotón que llevaba en el coche y salió comiéndoselo, a bocados , dandose una última vuelta, en tierra.

Entonces fue cuando se cruzó con David .Él la saludó y ante su rictus de extrañeza le preguntó:

“-¿No sabes quién soy?

- ¿Jorge?

-No David

- ¡Ah sí!

-Muy bien lo de comer fruta, es muy bueno para el mareo…”

Así fue como sintonizó con David, un marinero, pura fibra y ternura de quien se ganó la estima, no solo esa noche, sino también días después, cuando tuvo la idea de hacer una sangría para una cena y, como no, contar chistes hasta la saciedad…a partir de esa noche pasó de ser ella a secas para ser ella , con “un vida mía” detrás de su nombre, en labios de David.

David, David ,David…

Ese nombre ,primigenio le recordaba a ese otro amigo que se había tenido que ir de forma precipitada en misión humanitaria a Haití y le había dejado en casa ,no el instrumento importante ,que era su guitarra ,sino la funda rígida de la misma ,con sus libros más preciados. Quería llevar la guitarra consigo en el avión para recién bajado irse a Monmartre a tocar y cantar la noche que tenía que pasar en París…David ,David ,David...

David y el surrealismo ,David y la introducción a la teología…y este otro David ,protector ,paternalista ,que tenia por costumbre tirarse al agua después de cocinar algo delicioso y que, como nunca bajaba la escala del barco ,siempre entonaba la misma cantinela: “¿Quién me presta una escalera?… ", de la Saeta de Machado musicada por Serrat.

Sin duda tirarse por la borda, después de estar en la cocina con calor, era lo mejor.

La sensación sería comparable a zambullirse recién levantada. Era uno de los sueños de su vida : Bañarse recién levantada en las aguas azules del mediterráneo. Para eso ningún hotel o apartamento estaban lo bastante cerca del mar. Un velero sí.

Después el resto del grupo se desperezaba y siempre había alguien que preguntaba:

_ “¿Hay medusas?

-No medusa ausente , pero no las nombréis que las atraeréis". Decía ella .

Y no fallaba, siempre había alguien que resultaba atacado por una medusa telepata.

¡Qué alegría de vacaciones con un grupo de amigos nuevos con ganas de ser felices!

¡Qué felicidad de verano tan diferente del anterior!

Esa era ella, libre, sociable, amada por amable, entrañable con quienes la aceptaban tal como era.

¡Que que ganas de vivir bajo un cielo azul y sobre un mar añil!

LA ROSA QUE ME REGALASTE

La Rosa blanca que me regalaste
La quise inmortalizar.
La colge en mi balcón ,
La puse a secar .

El viento se la llevo.
Eolo y yo sabíamos ,
Que no era de ese color ,
La Rosa que te queria yo.