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viernes, 6 de abril de 2012

BIBELOTS


 RINCON DE LOS RECUERDOS.

Su rincón de los  recuerdos, está sobre un bureau de persiana abatible   , tabla extraíble y cajones   … No sabía bien si es bureau o secretaire por aquello de los cajones que guardan secretos…

De izquierda a derecha se pueden ver una japonesa de porcelana con abanico en una mano ,escondiéndolo  tras su espalda. Tiene una  expresión de aceptada sumisión y mirada,aunque feliz, bajada. Delante de la figurita un espejito redondo  con mango, de alpaca repujada, en el reverso la  bucólica imagen de dos amantes: Ella en un columpio, él empujándola. 
También hay dos polveras, metálicas : Una más, grande, con tapa turquesa y oro con florecillas labradas (a veces la había usado cono sello para lacrar cartas y  por eso tenía   restos de cera roja   ) otra pequeñísima   , hexagonal   , con la siluheta de una bailarina con falda corta de vuelo. Esta última  tiene dentro espejo y borla para los polvos .Ambas habían pertenecido a  su madre.

Después  se puede ver una botellita de agua de vidrio celeste, que le regaló David.Bueno David la invitó, ella pidió agua.
Cuando le dijo que le gustaba la botella y preguntó a la camarera si podía llevarse , David  inquirió si quería otra para  hacer pareja, pero le dijo que no.
Tanta simetría no era buena.

Delante de la botella, un perfumero con libélulas en el tapón  y un lateral, comprado en el museo de Art Nouveau  , Art Déco de Salamanca. Qué gozada de museo , se sintió como en casa allí…Si era cierto, era tremendamente decimononica.

Centrada sobre el escritorio, una regadera de latón decorada con listas rosas y blancas,en tonos   pastel y  ramo de flores; delante   una cajita de música, diminuta,  modernista  alegórica a un cuadro de Kandinsky -contrasting sounds- ( a ella le  recordaba a Miró) y  con la melodía “Arrabesque” de De Bussy. Era el último regalo de un antiguo amante que no se había preocupado en saber de quién era la música .La música   , paradójicamente, a aquel amante parecía  interesarle poco…
Tal vez estuviera saturado o simplemente no entraba dentro de sus sensibilidades. Esta cajita centrada  y bien centrada delante de la regadera le recordaba  que  no debía perder el norte y transformarse en ídem por su hechizo.
No valía la pena , ya había tenido bastante.

Después un poco hacia atrás un violetero que  no cobija violetas sino dos ramitas de muguet. El oloroso y frágil muguet que se regala en Francia para el  primero de Mayo y trae suerte. El raro muguet que se buscaba   , infructuosamente por lo demás, en los sotobosques de su infancia.
Delante del violetero, un maravilloso perfumero con zócalo de plata labrada. Sin duda el regalo perfecto de alguien que la conocía bien y la estimaba , sin pretender amoldarla a sus gustos, sino profundamente en lo más hondo de ella misma y tal  como era : Cuando ella  preguntó:
”-¿Y el perfume? Este le contestó desde el fondo de sus hermosos ojos azabache : 
-El Aroma  siempre lo puso  usted Dona …siempre."


Y en último rincón, a la derecha   , cerca de la  ventana y la luz,  en un marco  pequeño de cerámica blanca, que es un búho, la foto,del inconfundiblemente feliz ,hombre de su vida.