EL LABERINTO –
A veces nos perdemos en un laberinto peor que él de Dédalo.
Habíamos pedido pan con mantequilla y mermelada .Cuando descubrimos que solo nos están dando pan seco, en lugar de replantear la situación y aclarar el malentendido ,él por qué solo nos ofrecen pan ,en lugar de valorar lo que hemos obtenido ,lo rechazamos de plano.
Creemos así que castigamos a quién nos dio parte de lo que habíamos pedido , quien entendió que era solo eso lo que deseábamos, porque planteamos mal nuestra petición. Pero nos equivocamos y con el paso del tiempo caemos en la cuenta, que fue un error renunciar a aquello que era nada más y nada menos que pan para vivir pan : Quién lo ofreció (y que con el tiempo le podría haber añadido mil mieles, entre ellas las del amor) ya no nos lo brindará jamás.
Jamás, aunque en nuestro engaño queramos creer que sigue ofreciéndonos lo. No,eso ya pasó.
Máxime si nos ha tendido dos veces el hilo de Ariana para salir de nuestro laberinto de ideas y pensamientos erróneos y lo hemos rechazado .Comenzamos entonces a albergar la sospecha de que no habrá una tercera oportunidad y nos desesperamos.
Entonces nos revolvemos y cual Mino tauro arremetemos contra todo y todas y todos sin ningún miramiento , sobre todo contra nosotros mismos más que contra la camarera, para quien a estas alturas de la película nos hemos vuelto transparentes, no existimos ,no nos ve:
Ha decido irse con su pan y sus mieles a otra parte sabiendo que hay quien lo apreciará , ya que es buen pan y sobre todo que vivir es cosa urgente…
Y a nosotros ya no nos consuelan ni catorce vírgenes .
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