Vistas de página en total

martes, 12 de abril de 2011

Aprender a vivir y II

APRENDER A VIVIR.

“Quiero que mis palabras digan exactamente lo que quiero que digan y que tu las oigas como yo quiero que tu las oigas. “

PABLO NERUDA

Aprender a vivir debería ser una asignatura básica , curricular.

¿Pero quién está dispuesto a enseñar? ¿Quién sabe?

¿Los padres, nuestros padres imbuidos ,las más de las veces de una cultura judeo -cristiana, pendientes del bien y del mal, del crimen y castigo ,convencidos de que este mundo es un valle de lagrimas donde hemos venido a penar ,reproduciendo un modelo machista de sumisión de violencia física ,psíquica o las dos aceptado por unas madres que no solo no se rebelaban sino que lo veían perfecto y lo perpetuaban sacrificando a sus hijas en aras del qué dirán ( ¡Escritora ,que disparate , a mi no me hagas pasar esa vergüenza!) ,de la hipócrita sociedad de la doble moral?

¡Evidentemente no!

Estamos aquí para ser felices y hacer felices a los demás, y eso es lo único que debemos trasmitir , que debemos enseñar.

¿Pero cómo?

Nuestras vivencias son únicas e irrepetibles, no podemos extrapolarlas a los demás , ni siquiera a veces a nosotros mismos aunque las reviviéramos, porque el nosotros mismos de hoy no es el de ayer , ni mucho menos el de mañana.

Podemos brindarnos ayudar , a asesorar si se nos pide, a predicar con el ejemplo, pero nada más.

No caigamos en la tentativa de trasladar nuestras expectivas de vida a los demás. Es imposible. Además es poco recomendable y a veces hasta contraproducente, obteniéndose resultados absolutamente contrarios a los que se pretendían, y luego nos quejaremos de que “recogemos menos de lo que sembramos” ¿Pero nos pidió alguien que sembráramos? ¿Estudiamos si era el terreno y el momento adecuado? ¿Aguardamos pacientemente a la cosecha? ¿Abonamos? ¿Mímanos? ¿O pisoteamos lo sembrado porque el olor o el color de lo germinado no eran como queríamos?

A vivir solo se puede aprender viviendo y nadie puede hacerlo por nosotros, ni sentir nuestras emociones, en el mejor de los casos podrán , en el peor sufrirlas.

Lo más importante, a mi entender es saber lo que estamos dispuestos a dar y que pedimos , concretamente, alto y claro , que nos aporten los demás en un momento determinado. Y si nos aportan exactamente lo que pedíamos , seamos conscientes que no tenemos ningún derecho a enfadarnos si no aportan más que lo pedíamos y que no tenemos derecho moral a exigirles nada más.

A lo sumo darles las gracias por lo aportado y replantear, ampliándola , si procede la petición ,no castigándolos por haberse ceñido al guión

No seamos hipócritas y simplemente vivamos, no queramos enseñar pontificando que eso es de papas.

Vivamos con el firme convencimiento de que la vida es breve, brevísima, sobre todo si “se han hecho cosas sin querer” como diría Milanés.

Saquemos le a la vida todo su potencial que es fantástico y, como diría Serrat : ”faltan palabras para describir lo que ofrece a los que saben usarla”.

¡Vivamos pues!

No hay comentarios:

Publicar un comentario