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martes, 12 de abril de 2011

Aprender a vivir

Aprender a vivir.

“Quiero que mis palabras digan lo que yo quiero que digan

Y que tú las oigas como yo quiero que las oigas.

Pablo Neruda


Si a vivir se aprende es de suponer que habrá quien enseñe. Y ,si, siempre hay alguien proclive a querer enseñar. Aunque, sea dicho de entrada a vivir solo se aprende viviendo y nuestras vivencias son únicas irrepetibles e intransferibles y la liamos cuando pretendemos transmitirlas porque:

Si no se es un buen pedagogo, no se hace una valoración de los conocimiento previos, no se marcan los objetivos a alcanzar, no se los define bien de entrada, confundiendo lo que se pide con lo que se pretende obtener , no se reevalúa constantemente , puede resultar que se vaya a por lana y se salga trasquilado.

Sobre todo si se tienen unos métodos trasnochados, se hace caso omiso del feed back, se es rígido en aplicar castigos en los que el castigado acaba siendo sea uno mismo.

En la escuela de la vida , Ela, había tenido muchos maestros, pero se quedaba con uno, y se quedaba con ese precisamente por ser un magnifico psicopedagogo quien se lo presentó.

Se llamaba Joan Manuel y este a su vez le presentó a BENNEDETTI y este ultimo la invito a “defender r la alegría”, “a usar como mengana , la maravilla”

Le habló de que el siglo XX” es un desdicho de maldad insolente” en Cambalache, de que entre “esos tipos y ella había algo personal “le hizo amar el mediterráneo aunque no hubiera nacido a su orilla, le hizo pasear por las ramblas , con la tieta, ver como las floristas vendían sus flores, vencer al dragón con San Jordi, porque detrás “está la gente”. Saber “que cada uno es lo que es y anda siempre con lo puesto”. Que lo importante con el paso del tiempo” es poder reconocerse sin rubor”. Le enseño a olfatear de lejos” los /las macarras de la moral “, siendo los perores los disfrazados de liberales.

Le explico que en esta vida “cada loco iría con su tema” .Aprendió “a amar más a un bombero que bombardero, un buen polvo a un rapapolvos, a preferir la carne al metal los artesanos a la factoría y las voces de la calle antes que el diccionario , la revolución a las pesadillas”, hacer a pensar , palpar a pisar y a ser antes que nada partidaria de vivir.”

Aprendió que” le gustaba todo de ti, pero ¡ Tú no , tu no ,tu no ¡“ .Que hoy, cada día “puede ser un gran día” ,que los instintos es mejor ventilarlos al sol”

Le enseñó que eran “bienaventurados aquellos que lo tenían claro porque de ellos era el reino de los ciegos “.Le enseñó tantas y tantas cosas más que son difíciles de transcribir aquí. Por eso invitaba a escucharlo a todo/ a aquel /aquella que quisiera aprender a vivir.

Y por encima de todo , Joan Manuel le había enseñado que existían compañeros por el mundo con los que si se podía “contar no hasta uno ni hasta diez sino contar” .Que sabían lo que era” una veta de amor desprevenida “ ,que no confundían amor con sexo ,que “para la libertad vivían ,sangraban y perduraban” que eran coherentes con lo que pensaban ,con lo que decían, con lo que sentían y por consecuencia con lo que hacían . Por ello los admiraba y los respetaba , porque sabía que además de compañeros eran amigos y “que sus amigos eran unos atorrantes, los tenía muy escogidos , eran lo mejor de cada casa y que para ellos la amistad era lo primero” ,que los podía llamar en cualquier momento como ellos a ella y acudirían a darle consuelo.

Había aprendido no se puede amar a quien no se admira no digamos ya a quién se ganaba a pulso el desprecio.

Que para ser feliz bastaba con “subirse al Carrusel de furo, dos boletos por un duro”…

En esto de aprender a vivir cuidado con las lecciones, porque a veces topamos con quienes han tenido buenos maestros, buena escuela de la vida. Extremar aún más las precauciones si no nos las han pedido clases particulares. Reconozcamos que”” cada uno baja las escaleras como puede ,que “contra gustos no hay ,ni puede haber disputa” ,y que por encima de todo debe existir el respeto al otro , a la individualidad que nadie puede ni debe amoldarse a nuestro antojo ,porque entonces dejaría de ser lo que es en su esencia y de ser libre.

Y ella quería reconocerse “menuda como un soplo y con el pelo marrón con un aire entre tierno y triste como un gorrión, que le gustaba andar por la ramas ir de balcón en balcón donde no llegan los gatos, como un gorrión. Que era un pajarillo errante que bebía el agua de los estanques y que de su mano jamás comió.”

Había otros maestros, y otras maestras en su vida , pero sin duda el más importante era Serrat y si , su voz podía estar un poco cascada , pero no por eso iba a despreciarlo ni perderse un concierto si podía ir porque la mejor lección que le dio era que :“El hombre que yo quiero , no necesita bañarse cada noche en agua bendita…”

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